Los Mapas Conceptuales y su uso potencial en psicoterapia
cognitiva-conductual para la identificación de perfiles cognitivos
disfuncionales
A menudo resulta difícil identificar las
causas de los comportamientos irracionales o el origen disfuncional de buena
parte de las cogniciones que explican diversos trastornos emocionales (Ellis
A), como de los procesos intelectuales involucrados en su formación.
Para Freud la orientación patológica de las emociones
se debe fundamentalmente al tipo de emociones, sentimientos y experiencias
dolorosas que se reprimen y olvidan, pero que reaparecen en forma de síntomas
neuróticos y en general sufrimiento psíquico, cuando las experiencias que las
originaron (o experiencias parecidas) retornan o actualizan.
Al lugar donde reposan los pensamientos
reprimidos, lo llamó Freud: <<inconsciente>>. La estrategia
terapéutica del Psicoanálisis consiste en hacer consciente lo inconsciente:
“desde el comienzo, Freud planteó que resultaba indispensable deshacer la labor
de la represión para que aquello que se encontraba sujeto al procesamiento
inconsciente pasase a ser objeto de lo que denominó explícitamente
"corrección asociativa", es decir, una vez en la conciencia fuera contrastado
con otras ideas que permitieran rectificar. O sea, proceso en dos tiempos:
levantar la represión y luego reestructuración cognitiva (contraste entre
ideas), siendo esto último lo decisivo”[1].
Desde una perspectiva cognitiva el modelo
Freudiano, que es conceptuado como el primer modelo de reestructuración
cognitiva, no andaba muy descaminado. Hoy por ejemplo, desde las técnicas
cognitivas se habla de “cogniciones profundas”[2]
(en el contexto de “niveles de irracionalidad”) para referirse al inconsciente
Freudiano (Ver Figura 1). En cualquier caso, tanto desde la perspectiva
psicoanalítica como desde “las concepciones cognitivas de la Psicología clínica se halla la idea
de que, de algún modo, los problemas clínicos son productos de algún modo erróneo
o inadecuado de procesar la información. La misión del clínico será ayudar a
identificar estos problemas y buscar soluciones para lograr una respuesta más
racional” (Valverde).
Figura 1: Modelo funcional del
pensamiento. Fuente elaboración propia.
En ese contexto, cobra relevancia el empleo
de Mapas Conceptuales como instrumentos para la identificación de cogniciones
profundas y de productos cognitivos distorsionados. En efecto, desde un enfoque
cognitivo-racionalista la
conducta, las emociones, los pensamientos, se influyen recíprocamente, sin
embargo, son los pensamientos (en términos de Estructuras Cognitivas -creencias
fundamentales- y los pensamientos automáticos: pensamientos derivados de las
creencias nucleares o fundamentales que tiene por objeto defenderlas y
consolidarlas-) el aspecto de la triada que determina a los demás.
De
hecho, para autores como (Damasio, 2009), si bien las
emociones son reacciones automáticas a estímulos externos (casi siempre), su
permanencia en la psiquis humana depende de la elaboración cognitiva que le dan
los sujetos; a estas formas de elaboración las llamamos sentimientos. Luego,
son los pensamientos, nuestras creencias nucleares las que determinan nuestros
comportamientos, emociones y sentimientos.
En
consecuencia, modificando esos pensamientos, esas Estructuras Cognitivas
Básicas, es posible modificar nuestra conducta y la forma como reaccionamos a
las experiencias cotidianas. Para Albert Ellis, los trastornos
emocionales son el resultado de inadecuados modelos cognitivos, de una
filosofía irracional de vida. Para Aaron
Beck, la causa hay que buscarla en los procesamientos
distorsionados de la información; en cualquier caso, una visión irracional
de la realidad es causa eficiente del sufrimiento psíquico.
En ese
orden de ideas resulta clave establecer cuáles son los contenidos cognitivos
del cliente, sus creencias más fundamentales, la forma en que organiza
(estructuras cognitivas) y procesa la información y la calidad de sus productos
cognitivos; es indispensable en consecuencia conocer el “lenguaje del
pensamiento” del sujeto examinado.
EL LENGUAJE DEL PENSAMIENTO
El
pensamiento está formado por ideas que suelen expresarse en forma de estructuras
discursivas o a través de imágenes, ambas determinan la forma en que
las personas interpretan la realidad y se orientan en la vida. En este
artículo nos contraeremos a la identificación de esas estructuras discursivas,
que son la forma en que se desarrolla el pensamiento[1],
en que éste dialoga consigo mismo y la que puede dar cuenta del sufrimiento
psíquico que todos hemos experimentamos alguna vez.
“El pensamiento no sólo se expresa en palabras, sino que cobra
Existencia a través de ellas,…las palabras y los pensamientos viven
Unos a través de los otros;…las palabras que tenemos a nuestra
disposición
Influyen en la forma en que pensamos acerca del mundo,
Incluyendo el mundo interior de nuestra propia vida (Perkins).
“¿Qué
es el lenguaje del pensamiento?
El lenguaje del pensamiento abarca las muchas formas en que
describimos los estados y procesos mentales tanto propios como de los otros.
Por ejemplo, utilizamos el lenguaje del pensamiento cuando hablamos acerca
de procesos de pensamiento involucrados en el desarrollo de una teoría, al examinar un postulado, al tomar una decisión o al crear una obra de
arte. Utilizamos el lenguaje del
pensamiento cuando caracterizamos
los estados mentales
de otros al decir cosas como: Julia piensa que todos deberían votar; Juan cree
que va a nevar; Martín decidió que no le gustan las papayas; sospecho que
no estás diciendo la verdad.
Las lenguas tienen un infinito
número de términos sutiles para definir el pensamiento. Por ejemplo
consideremos palabras como adivinar, suponer, intuir, asumir, especular. Todas
estas palabras expresan una opinión basada en evidencias inconclusas.
Otro ejemplo pensemos en palabras como contemplar, reflexionar,
meditar. Cada uno de estos términos
describe una forma de acercamiento lento y profundo sin embargo cada uno tiene
un significado diferente.
El vocabulario del pensamiento puede dividirse en
términos de tres funciones diferentes: Términos que marcan una postura
epistémica, términos que describen un proceso intelectual y términos que describen
un producto intelectual”.
En
otras palabras, con el pensamiento podemos evaluar la validez de ciertas
posturas, discursos o puntos de vista propios y ajenos, describir la clase de procesos intelectuales a
los que recurrimos para manejar la información y al mismo tiempo ser
conscientes de los productos intelectuales de ese proceso (ver figura 2). Corresponde
al sujeto pensante, reflexionar continuamente en torno a la clase de facultad
intelectual que desarrolla (metacognición) a la hora de resolver un problema,
tomar una decisión o evaluar un situación personal.
Figura 2: El
lenguaje del Pensamiento. Fuente elaboración propia a partir de (Perkins)
“...el lenguaje del pensamiento es
rico con términos que específicamente y con frecuencia técnicamente describen
estados mentales y procesos - términos como analizar, dudar, postular,
investigar, etc. Pero el lenguaje del pensamiento también expresa el
lado afectivo de la cognición - las pasiones, emociones, motivaciones y
actitudes que hacen parte integral de la experiencia de pensar.
¿Realmente el pensamiento involucra
sentimiento? Todo el tiempo.
Consideremos la descripción de William James acerca de una instancia de
pensamiento en la que "la transición de un estado de incertidumbre y
perplejidad a una de comprensión racional llena de tranquilidad y placer".
Incertidumbre, confusión, inquietud y consternación son sentimientos que
acompañan el pensamiento, así como los sentimientos de alegría, deleite,
tranquilidad, emoción y apreciación estética.
Aunque los
psicólogos y filósofos algunas veces dicotomizan la cognición y el afecto, el
lenguaje del sentimiento abunda en el lenguaje cotidiano del pensamiento. Los matemáticos hablan del
placer de una prueba elegante. Los poetas hablan de la belleza de una
imagen. Los científicos hablan de la
emoción del descubrimiento y la felicidad de la verificación. Sin duda
alguna, los sentimientos de felicidad y sorpresa que acompañan frecuentemente al trabajo
intelectual juegan un papel importante en el pensamiento que el filósofo Israel
Sheffler ha descrito como " emociones cognitivas”. Argumenta que no sólo éstas
caracterizan el pensamiento sino que también son epistemológicamente relevantes
a la práctica de la razón ya que ofrecen información importante acerca de las
creencias, predicciones y expectativas del pensador.
Las emociones negativas
también abundan en el pensamiento.
Por ejemplo, se dice que uno de los dolores más grandes de la experiencia
humana es el dolor de una nueva idea. El aprendizaje de un material difícil,
puede verse como una tarea tortuosa para el escolar. El pensar bien puede ser
difícil, y con frecuencia nos sentimos frustrados e inclusive enojados ante las
dificultades para llegar a la conclusión, la decisión o la creencia correcta.
Lógicamente, es posible evitar las emociones negativas asociadas con el
pensamiento. Según el filósofo chino Lao Tse
“abandone el aprendizaje y se sentirá libre de problemas y de tensiones.
Además de expresar emociones, el lenguaje del
pensamiento también expresa actitudes hacia el pensamiento propio y de otros.
Por ejemplo la distancia crítica asociada con el razonamiento riguroso
por lo general se describe actitudinalmente: hablamos de una actitud de
objetividad, distancia óptima y justicia. Pero también existen otras
actitudes ante el pensamiento. Hablamos
de adoptar una actitud de aceptación o escepticismo ante un argumento,
receptividad o resistencia ante un punto de vista, etc.” (Perkins)
Las
emociones, los sentimientos, las creencias, en general, los marcos de
orientación y devoción que representan el contenido fundamental de las
cogniciones de todas las personas, que le sirven para interpretar la realidad y
orientarse en el mundo, a menudo nos causan dificultades y sufrimientos
psíquico, cuando presentamos dificultades a la hora de identificar sus
distorsiones y sesgos.
Las
psicoterapias cognitivas-conductuales enfatizan estrategias (como el
autorregistro o la identificación de pensamientos automáticos negativos entre
otras) orientadas a la identificación de pensamientos disfuncionales, de sesgos
significativos en las estructuras discursivas de los sujeto, sin embargo, con
frecuencia están limitadas al interés o motivación del cliente para
escribir o en la eficacia para la identificación de creencias nucleares a
partir de textos extensos y abigarrados, en consecuencia, el empleo de Mapas Conceptuales puede allanar las
dificultades que el autorregistro presenta y facilitar y orientar al terapeuta
en cuanto a su diagnóstico.
Los
Mapas Conceptuales pueden servir de estrategias para definir los “perfiles
cognitivos psicopatológicos” (Ronal Toro, 2010), toda vez que su
esquematización facilita la visión de conjunto del Modelo Cognitivo del
trastorno y la adecuación de los síntomas del paciente a estos.
Los
Mapas Conceptuales pueden utilizarse como estrategias metodológicas para
organizar proposicionalmente la información obtenida del paciente, y la
formulación cognitiva del caso (a través de entrevistas, pruebas psicométricas,
observaciones e incluso de Mapas Conceptuales elaborados por el cliente). El
terapeuta puede servirse de esta clase de organizadores gráficos y estructurarlos
a partir de la “…conceptualización de caso, (ubicando)…las creencias centrales
o nucleares, las creencias intermedias y las estrategias defensivas o de
afrontamiento. Las creencias centrales deben ser divididas en creencias acerca
de sí mismo, los demás y el mundo. Las creencias intermedias clasificadas como
reglas, actitudes y suposiciones que conectan las creencias centrales, las
cuales deben ser identificadas analizando el contenido de los pensamientos
automáticos principalmente”. (Ronal Toro, 2010) Dependiendo, naturalmente
del modelo, de conceptualización de caso adoptado por el terapeuta, aquí solo
mencionamos el de J. S. Beck (Ver figura 3)
Figura 3: Modelo Conceptual de Caso. Fuente
elaboración propia a partir de J. S. Beck (Ronal Toro, 2010)
¿QUÉ SON LOS MAPAS
CONCEPTUALES Y CUÁL PUEDE SER SU UTILIDAD TERAPÉUTICA EN EL CONTEXTO DE LAS
PSICOTERAPIAS COGNITIVAS-CONDUCTUALES?
Los Mapas Conceptuales fueron
desarrollados por el Profesor Joseph D. Novak
en los años 1960, basándose en las teorías de David Ausubel del
aprendizaje significativo.
“Los Mapas Conceptuales tienen por
objeto representar relaciones significativas entre conceptos en forma de
proposiciones. Una proposición consta de dos o más términos conceptuales unidos
por palabras de enlaces para formar una unidad semántica.
“Un Mapa Conceptual es un recurso
esquemático para representar un conjunto de significados conceptuales incluidos
en una estructura de proposiciones.
“La elaboración de mapas
conceptuales es una técnica destinada a poner de manifiesto conceptos y
proposiciones.
“Los Mapas Conceptuales dirigen la
atención, tanto del (paciente) como
del (terapeuta)[1],
sobre el reducido número de ideas importantes en las que deben concentrarse en
cualquier tarea específica de aprendizaje (o
de reestructuración). Un Mapa conceptual también puede hacer las
veces de “mapa de carreras” donde se muestran algunos de los caminos que se
pueden seguir para conectar los significados de los conceptos de forma que
resulten proposiciones. Una vez que se ha completado una tarea de aprendizaje,
los mapas conceptuales proporcionan un resumen esquemático de todo lo que se ha
aprendido (o reestructurado).
“Los Mapas Conceptuales son
instrumentos poderosos para observar los matices en el significado que un (paciente) otorga a los conceptos que se
incluyen en su mapa. Los mapas conceptuales cuando se elaboran
concienzudamente, revelan con claridad la organización cognitiva (del paciente)” (Novak, 1984, pág. 48).
Llamados también “…organizadores
gráficos del conocimiento …favorecen la comprensión y asimilación de los
contenidos, al establecer relaciones conceptuales que les dotan de cohesión,
contribuyendo a la optimización del proceso de enseñanza-aprendizaje al propiciar
la actividad cognitiva de los estudiantes” (Perez, 2010, pág. 15).
Los mapas conceptuales “…tienen como
objetivo representar relaciones significativas entre conceptos en forma de
proposiciones. …Los mapas conceptuales tienen como objetivo dirigir la atención
hacía aquellas ideas o nociones más relevantes dentro de un documento
específico” (Perez, 2010, pág. 17).
Un mapa conceptual es una
representación “ideo-esquemática” que reproduce las ideas que una persona tiene
sobre algún aspecto de la realidad, esas ideas se expresan corrientemente a
través de proposiciones, relaciones de conceptos[2], que son
precisamente las que se representan a través de estos instrumentos.
Los mapas conceptuales permiten al
terapeuta y muy especialmente a su cliente identificar cuánto saben sobre sus emociones,
sobre sus estados anímicos, lo que de hecho entraña una reflexión
respecto de los procesos cognitivos (metacognición) que desarrollan; los mapas conceptuales facilitan la reestructuración
cognitiva en cuanto su
construcción[3]
implica la adquisición significativa de nuevas ideas que se asocian a las
preexistentes luego de un ejercicio de contrastación.
CONCLUSIONES
1.
Los trastornos emocionales tienen origen en las representaciones cognitivas[4] disfuncionales, que
determinan la forma en que interpretamos la realidad y que construimos a lo largo
de nuestra vida a partir de las múltiples interrelaciones que establecemos con
el entorno “de algún modo, los problemas clínicos son productos de algún modo erróneo
o inadecuado de procesar la información”
2.
Solamente cuando el individuo es
consciente de estás cogniciones puede reestructurarlas, “la misión del clínico será ayudar a
identificar estos problemas y buscar soluciones para lograr una respuesta más
racional”
3. En un proceso terapéutico de orientación
cognitiva resulta clave establecer cuáles son los contenidos cognitivos del
cliente, sus creencias más fundamentales, la forma en que organiza
(estructuras cognitivas) y procesa la información y la calidad de sus productos
cognitivos; es indispensable en consecuencia conocer el “lenguaje del
pensamiento” del sujeto examinado.
4.
El
pensamiento está formado por ideas que suelen expresarse en forma de estructuras
discursivas o a través de imágenes, ambas determinan la forma en que
las personas interpretan la realidad y se orientan en la vida.
5.
En ese contexto, cobra relevancia el empleo
de Mapas Conceptuales como instrumentos para la identificación de cogniciones
profundas y de productos cognitivos distorsionados.
6. Los
Mapas Conceptuales pueden servir de estrategias para definir los “perfiles
cognitivos psicopatológicos”, toda vez que su esquematización facilita la
visión de conjunto del Modelo Cognitivo del trastorno y la adecuación de los
síntomas del paciente a estos.
7. Los
Mapas Conceptuales pueden utilizarse como estrategias metodológicas para
organizar proposicionalmente la información obtenida del paciente, y la
formulación cognitiva del caso.
8. Los Mapas Conceptuales dirigen la
atención, tanto del (paciente) como
del (terapeuta), sobre el reducido
número de ideas importantes en las que deben concentrarse en cualquier tarea
específica de aprendizaje (o de
reestructuración).
9. Los Mapas Conceptuales son
instrumentos poderosos para observar los matices en el significado que un (paciente) otorga a los conceptos que se
incluyen en su mapa. Los mapas conceptuales cuando se elaboran
concienzudamente, revelan con claridad la organización cognitiva (del paciente)”
Trabajos citados
Damasio, A. (2009). En busca de Spinoza. Neurobiología
de la emoción y los sentimientos. Barcelona: Crítica.
Novak, J. G. (1984). Aprendiendo
a Aprender. Barcelona: Ediciones Martinez Roca.
Perez, V. M. (2010).
Mapas conceptuales, mapas mentales y líneas temporales: objetos de aprendizaje
y para el aprendizaje en Ruralnet. Revista Latinoaméricana de Tecnología
Educativa, 15-27.
Perkins, S. T. (s.f.).
El lenguaje del pensamiento.
Ronal Toro, D. O.
(2010). Perfiles cognitivos psicopatológicos en la formulación cognitiva de
caso. Revista colombiana de psicología Vol 19, 97-110.
Valverde, M. M. (s.f.). Técnicas
cognitivas de intervención clínica. Madrid: Sintesis S.A.
[1]
Conceptos entre paréntesis fuera del texto original para facilitar la
comprensión del tema.
[2] Unidades Específicas
de Pensamiento.
[3] Al relacionar conceptos entre sí por medio de
enlaces, forman proposiciones que son unidades complejas de Pensamiento.
[4]
Esquemas o creencias nucleares e intermedias (profundas) y superficiales como
los pensamientos automáticos.
[1] “el
pensamiento es un discurso que la mente desarrolla, consigo misma” Sócrates.
[1]
Tomado de Bleichmar, Hugo. Psicoanálisis y Psicología Cognitiva http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0000059
[2]
“No toda la actividad cognitiva se
produce al mismo nivel (hay, por ejemplo, cogniciones conscientes y no
conscientes) ni tiene el mismo nivel de interrelación con elementos centrales
de la configuración emocional y cognitiva de una persona”. (Valverde)
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