martes, 11 de septiembre de 2018

Mapas Conceptuales y psicoterapia cognitiva


Los Mapas Conceptuales y su uso potencial en psicoterapia cognitiva-conductual para la identificación de perfiles cognitivos disfuncionales

A menudo resulta difícil identificar las causas de los comportamientos irracionales o el origen disfuncional de buena parte de las cogniciones que explican diversos trastornos emocionales (Ellis A), como de los procesos intelectuales involucrados en su formación.

Para Freud la orientación patológica de las emociones se debe fundamentalmente al tipo de emociones, sentimientos y experiencias dolorosas que se reprimen y olvidan, pero que reaparecen en forma de síntomas neuróticos y en general sufrimiento psíquico, cuando las experiencias que las originaron (o experiencias parecidas) retornan o actualizan.

Al lugar donde reposan los pensamientos reprimidos, lo llamó Freud: <<inconsciente>>. La estrategia terapéutica del Psicoanálisis consiste en hacer consciente lo inconsciente: “desde el comienzo, Freud planteó que resultaba indispensable deshacer la labor de la represión para que aquello que se encontraba sujeto al procesamiento inconsciente pasase a ser objeto de lo que denominó explícitamente "corrección asociativa", es decir, una vez en la conciencia fuera contrastado con otras ideas que permitieran rectificar. O sea, proceso en dos tiempos: levantar la represión y luego reestructuración cognitiva (contraste entre ideas), siendo esto último lo decisivo”[1].

Desde una perspectiva cognitiva el modelo Freudiano, que es conceptuado como el primer modelo de reestructuración cognitiva, no andaba muy descaminado. Hoy por ejemplo, desde las técnicas cognitivas se habla de “cogniciones profundas”[2] (en el contexto de “niveles de irracionalidad”) para referirse al inconsciente Freudiano (Ver Figura 1). En cualquier caso, tanto desde la perspectiva psicoanalítica como desde las concepciones cognitivas de la Psicología clínica se halla la idea de que, de algún modo, los problemas clínicos son productos de algún modo erróneo o inadecuado de procesar la información. La misión del clínico será ayudar a identificar estos problemas y buscar soluciones para lograr una respuesta más racional” (Valverde)


Figura 1: Modelo funcional del pensamiento. Fuente elaboración propia.
 

 
 
 
En ese contexto, cobra relevancia el empleo de Mapas Conceptuales como instrumentos para la identificación de cogniciones profundas y de productos cognitivos distorsionados. En efecto, desde un enfoque cognitivo-racionalista la conducta, las emociones, los pensamientos, se influyen recíprocamente, sin embargo, son los pensamientos (en términos de Estructuras Cognitivas -creencias fundamentales- y los pensamientos automáticos: pensamientos derivados de las creencias nucleares o fundamentales que tiene por objeto defenderlas y consolidarlas-) el aspecto de la triada que determina a los demás.

De hecho, para autores como (Damasio, 2009), si bien las emociones son reacciones automáticas a estímulos externos (casi siempre), su permanencia en la psiquis humana depende de la elaboración cognitiva que le dan los sujetos; a estas formas de elaboración las llamamos sentimientos. Luego, son los pensamientos, nuestras creencias nucleares las que determinan nuestros comportamientos, emociones y sentimientos.

En consecuencia, modificando esos pensamientos, esas Estructuras Cognitivas Básicas, es posible modificar nuestra conducta y la forma como reaccionamos a las experiencias cotidianas.  Para Albert Ellis, los trastornos emocionales son el resultado de inadecuados modelos cognitivos, de una filosofía irracional de vida.  Para Aaron Beck,  la causa hay que buscarla en los procesamientos distorsionados de la información; en cualquier caso, una visión irracional de la realidad es causa eficiente del sufrimiento psíquico.

En ese orden de ideas resulta clave establecer cuáles son los contenidos cognitivos del cliente,  sus creencias más fundamentales, la forma en que organiza (estructuras cognitivas) y procesa la información y la calidad de sus productos cognitivos; es indispensable en consecuencia conocer  el “lenguaje del pensamiento” del sujeto examinado.

EL LENGUAJE DEL PENSAMIENTO

El pensamiento está formado por ideas que suelen expresarse en forma de estructuras discursivas o a través de imágenes, ambas determinan la forma en que las personas interpretan la realidad y se orientan en la vida.  En este artículo nos contraeremos a la identificación de esas estructuras discursivas, que son la forma en que se desarrolla el pensamiento[1], en que éste dialoga consigo mismo y la que puede dar cuenta del sufrimiento psíquico que todos hemos experimentamos alguna vez.
“El pensamiento no sólo se expresa en palabras, sino que cobra
Existencia a través de ellas,…las palabras y los pensamientos viven
Unos a través de los otros;…las palabras que tenemos a nuestra disposición
Influyen en la forma en que pensamos acerca del mundo,
Incluyendo el mundo interior de nuestra propia vida (Perkins).

“¿Qué es el lenguaje del pensamiento?
 El lenguaje del pensamiento  abarca las muchas formas en que describimos los estados y procesos mentales tanto propios como de los otros.  Por ejemplo, utilizamos el lenguaje del pensamiento cuando hablamos acerca de procesos de pensamiento involucrados en el desarrollo de una teoría, al examinar un postulado, al tomar una decisión o al crear una obra de arte. Utilizamos el lenguaje del pensamiento cuando caracterizamos los estados mentales de otros al decir cosas como: Julia piensa que todos deberían votar; Juan cree que va a nevar; Martín decidió que no le gustan las papayas; sospecho que  no estás diciendo la verdad.

Las lenguas tienen un infinito número de términos sutiles para definir el pensamiento.  Por ejemplo consideremos palabras como adivinar, suponer, intuir, asumir, especular. Todas estas palabras expresan una opinión basada en evidencias inconclusas.  Otro ejemplo pensemos en palabras como contemplar, reflexionar, meditar.  Cada uno de estos términos describe una forma de acercamiento lento y profundo sin embargo cada uno tiene un significado diferente.

 El vocabulario del pensamiento puede dividirse en términos de tres funciones diferentes: Términos que marcan una postura epistémica, términos que describen un proceso intelectual y términos que describen un producto intelectual”.

En otras palabras, con el pensamiento podemos evaluar la validez de ciertas posturas, discursos o puntos de vista propios y ajenos,  describir la clase de procesos intelectuales a los que recurrimos para manejar la información y al mismo tiempo  ser conscientes de los productos intelectuales de ese proceso (ver figura 2). Corresponde al sujeto pensante, reflexionar continuamente en torno a la clase de facultad intelectual que desarrolla (metacognición) a la hora de resolver un problema, tomar una decisión o evaluar un situación personal.

Figura 2: El lenguaje del Pensamiento. Fuente elaboración propia a partir de (Perkins)


“...el lenguaje del pensamiento es rico con términos que específicamente y con frecuencia técnicamente describen estados mentales y procesos - términos como analizar, dudar, postular, investigar, etc.  Pero el lenguaje del pensamiento también expresa el lado afectivo de la cognición - las pasiones, emociones, motivaciones y actitudes que hacen parte integral de la experiencia de pensar.
 ¿Realmente el pensamiento involucra sentimiento?  Todo el tiempo.  Consideremos la descripción de William James acerca de una instancia de pensamiento en la que "la transición de un estado de incertidumbre y perplejidad a una de comprensión racional llena de tranquilidad y placer".  Incertidumbre, confusión, inquietud y consternación son sentimientos que acompañan el pensamiento, así como los sentimientos de alegría, deleite, tranquilidad, emoción y apreciación estética.  Aunque los psicólogos y filósofos algunas veces dicotomizan la cognición y el afecto, el lenguaje del sentimiento abunda en el lenguaje cotidiano del pensamiento.  Los matemáticos hablan del placer de una prueba elegante.  Los poetas hablan de la belleza de una imagen.  Los científicos hablan de la emoción del descubrimiento y la felicidad de la verificación.  Sin duda alguna, los sentimientos de felicidad y sorpresa  que acompañan frecuentemente al trabajo intelectual juegan un papel importante en el pensamiento que el filósofo Israel Sheffler ha descrito como " emociones cognitivas”.  Argumenta que no sólo éstas caracterizan el pensamiento sino que también son epistemológicamente relevantes a la práctica de la razón ya que ofrecen información importante acerca de las creencias, predicciones y expectativas del pensador. 

Las emociones negativas  también abundan  en el pensamiento.  Por ejemplo, se dice que uno de los dolores más grandes de la experiencia humana es el dolor de una nueva idea. El aprendizaje de un material difícil, puede verse como una tarea tortuosa para el escolar. El pensar bien puede ser difícil, y con frecuencia nos sentimos frustrados e inclusive enojados ante las dificultades para llegar a la conclusión, la decisión o la creencia correcta.  Lógicamente, es posible evitar las emociones negativas asociadas con el pensamiento. Según el filósofo chino Lao Tse  “abandone el aprendizaje y se sentirá libre de problemas y de tensiones.

 Además de expresar emociones, el lenguaje del pensamiento también expresa actitudes hacia el pensamiento propio y de otros.  Por ejemplo la distancia crítica asociada con el razonamiento riguroso por lo general se describe actitudinalmente: hablamos de una actitud de objetividad, distancia óptima y justicia.  Pero también existen otras actitudes ante el pensamiento.  Hablamos de adoptar una actitud de aceptación o escepticismo ante un argumento, receptividad o resistencia ante un punto de vista, etc.” (Perkins)

Las emociones, los sentimientos, las creencias, en general, los marcos de orientación y devoción que representan el contenido fundamental de las cogniciones de todas las personas, que le sirven para interpretar la realidad y orientarse en el mundo, a menudo nos causan dificultades y sufrimientos psíquico, cuando presentamos dificultades a la hora de identificar sus distorsiones y sesgos.  

Las psicoterapias cognitivas-conductuales  enfatizan estrategias (como el autorregistro o la identificación de pensamientos automáticos negativos entre otras) orientadas a la identificación de pensamientos disfuncionales, de sesgos significativos en las estructuras discursivas de los sujeto, sin embargo, con frecuencia están limitadas al interés o motivación del cliente para  escribir o en la eficacia para la identificación de creencias nucleares a partir de textos extensos y abigarrados, en consecuencia, el empleo  de Mapas Conceptuales puede allanar las dificultades que el autorregistro presenta y facilitar y orientar al terapeuta en cuanto a su diagnóstico.

Los Mapas Conceptuales pueden servir de estrategias para definir los “perfiles cognitivos psicopatológicos(Ronal Toro, 2010), toda vez que su esquematización facilita la visión de conjunto del Modelo Cognitivo del trastorno y la adecuación de los síntomas del paciente a estos.

Los Mapas Conceptuales pueden utilizarse como estrategias metodológicas para organizar proposicionalmente la información obtenida del paciente, y la formulación cognitiva del caso (a través de entrevistas, pruebas psicométricas, observaciones e incluso de Mapas Conceptuales elaborados por el cliente). El terapeuta puede servirse de esta clase de organizadores gráficos y estructurarlos a partir de la “…conceptualización de caso, (ubicando)…las creencias centrales o nucleares, las creencias intermedias y las estrategias defensivas o de afrontamiento. Las creencias centrales deben ser divididas en creencias acerca de sí mismo, los demás y el mundo. Las creencias intermedias clasificadas como reglas, actitudes y suposiciones que conectan las creencias centrales, las cuales deben ser identificadas analizando el contenido de los pensamientos automáticos principalmente”. (Ronal Toro, 2010) Dependiendo, naturalmente del modelo, de conceptualización de caso adoptado por el terapeuta, aquí solo mencionamos el de J. S. Beck (Ver figura 3)

Figura 3: Modelo Conceptual de Caso. Fuente elaboración propia a partir de J. S. Beck (Ronal Toro, 2010)


 

¿QUÉ SON LOS MAPAS CONCEPTUALES Y CUÁL PUEDE SER SU UTILIDAD TERAPÉUTICA EN EL CONTEXTO DE LAS PSICOTERAPIAS COGNITIVAS-CONDUCTUALES?

Los Mapas Conceptuales fueron desarrollados por el Profesor Joseph D. Novak  en los años 1960, basándose en las teorías de David Ausubel del aprendizaje significativo.

“Los Mapas Conceptuales tienen por objeto representar relaciones significativas entre conceptos en forma de proposiciones. Una proposición consta de dos o más términos conceptuales unidos por palabras de enlaces para formar una unidad semántica.

“Un Mapa Conceptual es un recurso esquemático para representar un conjunto de significados conceptuales incluidos en una estructura de proposiciones.

“La elaboración de mapas conceptuales es una técnica destinada a poner de manifiesto conceptos y proposiciones.

“Los Mapas Conceptuales dirigen la atención, tanto del (paciente) como del (terapeuta)[1], sobre el reducido número de ideas importantes en las que deben concentrarse en cualquier tarea específica de aprendizaje (o de reestructuración). Un Mapa conceptual también puede hacer las veces de “mapa de carreras” donde se muestran algunos de los caminos que se pueden seguir para conectar los significados de los conceptos de forma que resulten proposiciones. Una vez que se ha completado una tarea de aprendizaje, los mapas conceptuales proporcionan un resumen esquemático de todo lo que se ha aprendido (o reestructurado).

“Los Mapas Conceptuales son instrumentos poderosos para observar los matices en el significado que un (paciente) otorga a los conceptos que se incluyen en su mapa. Los mapas conceptuales cuando se elaboran concienzudamente, revelan con claridad la organización cognitiva (del paciente)” (Novak, 1984, pág. 48).

Llamados también “…organizadores gráficos del conocimiento …favorecen la comprensión y asimilación de los contenidos, al establecer relaciones conceptuales que les dotan de cohesión, contribuyendo a la optimización del proceso de enseñanza-aprendizaje al propiciar la actividad cognitiva de los estudiantes” (Perez, 2010, pág. 15).

Los mapas conceptuales “…tienen como objetivo representar relaciones significativas entre conceptos en forma de proposiciones. …Los mapas conceptuales tienen como objetivo dirigir la atención hacía aquellas ideas o nociones más relevantes dentro de un documento específico” (Perez, 2010, pág. 17).

Un mapa conceptual es una representación “ideo-esquemática” que reproduce las ideas que una persona tiene sobre algún aspecto de la realidad, esas ideas se expresan corrientemente a través de proposiciones, relaciones de conceptos[2], que son precisamente las que se representan a través de estos instrumentos. 

Los mapas conceptuales permiten al terapeuta y muy especialmente a su cliente identificar cuánto saben sobre sus emociones, sobre sus estados anímicos, lo que de hecho entraña una reflexión respecto de los procesos cognitivos (metacognición) que desarrollan; los mapas conceptuales facilitan la reestructuración cognitiva en cuanto su construcción[3] implica la adquisición significativa de nuevas ideas que se asocian a las preexistentes luego de un ejercicio de contrastación.

CONCLUSIONES

1. Los trastornos emocionales tienen origen en las representaciones cognitivas[4] disfuncionales, que determinan la forma en que interpretamos la realidad y que construimos a lo largo de nuestra vida a partir de las múltiples interrelaciones que establecemos con el entorno “de algún modo, los problemas clínicos son productos de algún modo erróneo o inadecuado de procesar la información”

2.  Solamente cuando el individuo es consciente de estás cogniciones puede reestructurarlas, “la misión del clínico será ayudar a identificar estos problemas y buscar soluciones para lograr una respuesta más racional”

3. En un proceso terapéutico de orientación cognitiva resulta clave establecer cuáles son los contenidos cognitivos del cliente,  sus creencias más fundamentales, la forma en que organiza (estructuras cognitivas) y procesa la información y la calidad de sus productos cognitivos; es indispensable en consecuencia conocer  el “lenguaje del pensamiento” del sujeto examinado.

4. El pensamiento está formado por ideas que suelen expresarse en forma de estructuras discursivas o a través de imágenes, ambas determinan la forma en que las personas interpretan la realidad y se orientan en la vida.  

5. En ese contexto, cobra relevancia el empleo de Mapas Conceptuales como instrumentos para la identificación de cogniciones profundas y de productos cognitivos distorsionados.

6. Los Mapas Conceptuales pueden servir de estrategias para definir los “perfiles cognitivos psicopatológicos”, toda vez que su esquematización facilita la visión de conjunto del Modelo Cognitivo del trastorno y la adecuación de los síntomas del paciente a estos.

7. Los Mapas Conceptuales pueden utilizarse como estrategias metodológicas para organizar proposicionalmente la información obtenida del paciente, y la formulación cognitiva del caso.

8. Los Mapas Conceptuales dirigen la atención, tanto del (paciente) como del (terapeuta), sobre el reducido número de ideas importantes en las que deben concentrarse en cualquier tarea específica de aprendizaje (o de reestructuración).

9. Los Mapas Conceptuales son instrumentos poderosos para observar los matices en el significado que un (paciente) otorga a los conceptos que se incluyen en su mapa. Los mapas conceptuales cuando se elaboran concienzudamente, revelan con claridad la organización cognitiva (del paciente)”



Trabajos citados

Damasio, A. (2009). En busca de Spinoza. Neurobiología de la emoción y los sentimientos. Barcelona: Crítica.
Novak, J. G. (1984). Aprendiendo a Aprender. Barcelona: Ediciones Martinez Roca.
Perez, V. M. (2010). Mapas conceptuales, mapas mentales y líneas temporales: objetos de aprendizaje y para el aprendizaje en Ruralnet. Revista Latinoaméricana de Tecnología Educativa, 15-27.
Perkins, S. T. (s.f.). El lenguaje del pensamiento.
Ronal Toro, D. O. (2010). Perfiles cognitivos psicopatológicos en la formulación cognitiva de caso. Revista colombiana de psicología Vol 19, 97-110.
Valverde, M. M. (s.f.). Técnicas cognitivas de intervención clínica. Madrid: Sintesis S.A.





[1] Conceptos entre paréntesis fuera del texto original para facilitar la comprensión del tema.
[2] Unidades Específicas  de Pensamiento.
[3] Al relacionar conceptos entre sí por medio de enlaces, forman proposiciones que son unidades complejas de Pensamiento.
[4] Esquemas o creencias nucleares e intermedias (profundas) y superficiales como los pensamientos automáticos.
 


[1] “el pensamiento es un discurso que la mente desarrolla, consigo misma” Sócrates.

[1] Tomado de Bleichmar, Hugo. Psicoanálisis y Psicología Cognitiva http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0000059
[2]No toda la actividad cognitiva se produce al mismo nivel (hay, por ejemplo, cogniciones conscientes y no conscientes) ni tiene el mismo nivel de interrelación con elementos centrales de la configuración emocional y cognitiva de una persona”. (Valverde)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Desafíos para la Formación de Pensamiento Crítico en la Escuela

  Primer Desafió :  La Prevalencia de las Emociones sobre la Razón Las Emociones son experiencias tan importantes para cualquier ser humano ...