domingo, 13 de enero de 2019

Pensamiento Científico


ALGUNAS APROXIMACIONES SOBRE EL PENSAMIENTO CIENTÍFICO Y SUS IMPLICACIONES EN LA CORRECCIÓN DE DISTORCIONES COGNITIVAS

Pensar no es un fenómeno abstracto planteado en el vacío, una especie de experiencia mística sin contenido, sin propósito determinado. Pensamos en función de un hecho, de un fenómeno, de un objeto, es decir, pensamos en función de algo.

Ahora bien, una vez frente al objeto de nuestro pensamiento, debemos preguntarnos si pensamos bien, es decir, críticamente o si nos contentamos con  ideas ingenuas o superficiales sobre Él. Pensar críticamente sobre cualquier objeto de la realidad sea este un objeto concreto o abstracto, un hecho o un fenómeno implica:

1. Identificar las ideas previas que se tienen sobre el objeto de pensamiento, es decir, identificar el marco de orientación y referencia que determina las concepciones que el sujeto posee sobre el mundo que lo rodea. Es indispensable que el sujeto se aboque a la tarea de clarificarlas objetivamente, esto es, esclarecer si son claras o confusas, objetivas o subjetivas, exactas o imprecisas, basadas en evidencias o en supersticiones o prejuicios.

Si mis ideas sobre el objeto de mi reflexión son claras, objetivas, exactas, basadas en evidencias, todavía puedo profundizar más, formulando nuevas preguntas o cuestiones  que antes no había planteado, identificando nuevos hechos y datos inadvertidos en el pasado, etc.

Por el contario, si mis ideas son confusas, subjetivas, imprecisas, supersticiosas o prejuiciosas, es mi deber, cuestionar todas estas falsas ideas y abocarme a la Búsqueda de la Verdad (verdad objetiva, lógica, que implica desarrollar actitud científica).

2. Identificar el problema, la cuestión. La formulación correcta del problema además de facilitar la comprensión inicial del asunto, determina  su adecuada solución.

3. Formulación de Hipótesis o supuestos básicos que puedan orientar mi investigación.

4. Documentación. Es decir, recogiendo toda la información relevante al problema de investigación: teorías, conceptos, datos estadísticos, etc.

5. Diferenciando las distintas posturas, puntos de vista o respuestas que desde la teoría se plantean sobre el tema (análisis e interpretación de perspectiva).
6. Evaluando cada postura teórica, eligiendo la más racional, es decir, la más coherente entre los enunciados y las evidencias. (Ver figura 1)

Esta actitud frente a los objetos de la realidad que he llamado actitud científica implica adoptar como estrategia y habito mental pensar en función del método científico.

Figura 1. Lo que implica el acto de pensar.





La escuela en consecuencia debe abocarse a la enseñanza de estrategias eficaces para el desarrollo del pensamiento científico. Coincido con (Saiz, 2002) “…necesitamos enseñar a pensar. Contestar que no lo necesitamos exige demostrar que nuestro funcionamiento intelectual es aceptable para el desempeño de nuestras actividades, que no existen deficiencias en el mismo que impidan el logro de nuestras metas. Sin considerar más datos que los de la experiencia personal, resultaría difícil sostener esta conclusión de eficiencia cognitiva. Son muchas las ocasiones en las que cometemos errores, reflexionamos de manera falaz, o decidimos de forma errónea o sesgada. Si atendemos a otra clase de datos de mayor calado es posible que aumente nuestro pesimismo respecto a nuestra destreza intelectual.

Halpern (1998) comentaba algunos datos realmente inquietantes. Entre el 70% y el 78% de los universitarios lee el horóscopo, y muchos se lo creen. Un 99% de los estudiantes de primeros cursos de universidad cree en algún fenómeno paranormal y el 65% de éstos manifiesta haber experimentado al menos uno. En el verano del 97, en Roswell (Nuevo México) se concentraba una multitud para celebrar 50 aniversario de la llegada de extraterrestres a la tierra.

A lo largo de décadas, educadores e investigadores han recogido datos de peso sobre los límites del pensamiento. Varios trabajos constatan que ha descendido el porcentaje de alumnos que llega a adquirir un cierto nivel de desarrollo intelectual (Baron y Sternberg, 1987 –prefacio-). En la misma dirección, otro estudio indicaba que la capacidad de razonamiento matemático de los estudiantes ha disminuido en los últimos 15 años (Steen (1987). En varios estudios se encontraba que sólo el 25% de los estudiantes del primer año de universidad manifiestan un nivel suficiente de pensamiento lógico (Halpern (1987). En otros trabajos se ponía de manifiesto que muchos estudiantes de todos los niveles de enseñanza son incapaces de pensar y resolver problemas según las demandas de sus actividades escolares (Nickerson (1994). En un interesante estudio acerca de los programas de enseñanza para el siglo próximo en Estados Unidos (Report for America 2000 -Us Department of Labor, April, 1992), se recogen datos realmente preocupantes sobre el bajo nivel de desarrollo intelectual de los ciudadanos del país con más recursos del planeta”

En este contexto no puede sorprendernos como ejercen sus derechos políticos las personas en esta clase de sociedades o como eligen a sus representantes o los juicios y decisiones de contenido ético que toman a menudo.

Bibliografía

Elder, R. P. (s.f.). Mini-guia de pensamiento critico.
Saiz, C. (2002). Enseñar o Aprender a pensar. Escritos de Psicologia, 53-72.





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