sábado, 2 de mayo de 2020

¿Qué enseñar en un Contexto de Pandemia y qué habilidades de pensamiento enfatizar?

LA EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA


INTRODUCCIÓN:
Los típicos procesos de Enseñanza-Aprendizaje (presencialidad, clases magistrales, actividades escolares, revisión-calificación, exposiciones, etc.) han sido drásticamente alterados con ocasión del COVID-19 y su capacidad de propagación. Este virus, en ausencia de vacunas o tratamientos eficaces, obliga  (para salvar vidas) ha confinar a miles de personas en sus hogares para evitar el contagio y el colapso de los ya precarios sistemas sanitarios.

En consecuencia, “la educación se ha desplazado a las casas”, al menos así piensan diversas autoridades educativas, lo cierto, es que solo algunas cosas que hacen los niños, adolescente y jóvenes con ayuda de sus padres en sus hogares, pude ser llamado ontológicamente Educación[1]. La educación como fenómeno social y cultural involucra muchas dinámicas que no pueden desarrollarse en los hogares, sin embargo, en razón a los hechos, hoy tenemos a nueve millones de niños, adolescentes y jóvenes en sus casas[2], intentando, junto con sus padres y profesores, utilizar las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación.

Sin embargo, ¿Qué esperamos los docentes con  la utilización de las TICs? ¿Qué esperamos enseñar? ¿Qué queremos que los estudiantes aprendan? ¿Cómo podemos lograr que nuestro “celo magisterial” no termine por estresar, preocupar o enfermar a los educandos? ¿Qué cosa es llevar el “aula a casa”? ciertamente, no pueden ser las mismas dinámicas tradicionales utilizadas en los salones de clase, cambiar  por ejemplo, las clases magistrales por clases virtuales (tan magistrales como siempre), así las llamemos con un exceso de pedantería “Video conferencias” o “conferencias sincrónicas”, etc. Es decir, hacer lo mismo que hacíamos en las aulas pero a distancia y mediados por las TICs. Ese no puede ser el enfoque con que docentes e Instituciones Educativas enfrenten las nuevas circunstancias que ha impuesto la actual emergencia sanitaria.


Los Docentes debemos entender que no estamos frente a una situación normal, las familias y los estudiantes no solo deben enfrentar un virus potencialmente letal que obliga a su confinamiento en condiciones muchas veces de hacinamiento, también deben enfrentar la severa crisis económica que la paralización de todas las actividades productivas genera (desempleo, hambre, miseria, violencia, etc.) para añadir preocupaciones relacionadas con la escuela: “tareas o actividades virtuales”, plataformas, ordenadores, acceso a internet, plazos, condiciones, exigencias, etc. 


Estamos en un país que no está preparado para enfrentar una crisis sanitaria como el COVID-19, (o cualquier otra crisis, sea de la naturaleza que sea). Más del 40%  de los hogares colombianos no tienen acceso a internet y tampoco tienen computador o dispositivos móviles, en consecuencia los docentes no pueden esperar que los estudiantes se desempeñen de la misma forma en que lo harían en las aulas.
 

Cualquiera esperaría razonablemente, que la nota o la calificación, no fuera el criterio determinante para definir la política institucional en medio de la crisis, sin embargo, hay docentes que insisten en calificar “la vagancia” presunta en los estudiantes.
 

Evidentemente hay estudiantes que en las aulas no demuestran el interés necesario por el conocimiento o por el aprendizaje (lo que los académicos llaman ausencia de motivación intrínseca), pero este fenómeno  no se resuelve con el expedientes autoritario de la “mala nota”. Cuando una persona no tiene interés, muy difícilmente lo alcanza a fuer de malas calificaciones. El desinterés de los estudiantes por el conocimiento tiene múltiples causas, una de ellas tiene que ver con la forma en que los establecimientos educativos gestionan sus prioridades: ¿Para qué enseñar?, ¿Qué enseñar?, ¿Cuándo, cómo y con qué lo hacemos?, ¿Cómo evaluamos?

“El quehacer educativo necesariamente tiene como trasfondo una determinada concepción del hombre y de la sociedad y sólo desde ella se podrá definir el papel que en dicho proceso debe cumplir la educación. Definir la finalidad de la educación es, comprometerse con una concepción del hombre y de la sociedad en sus aspectos psicológicos, sociales, antropológicos y filosóficos”. (Samper, 1997)

Evidentemente concepciones como las del maestro afectado de “celo magisterial”, o la de aquellos que privilegian la actividad, sobre los aprendizajes no respondes a concepciones de contenido humanista-constructivistas.

MODELOS DE EDUCACIÓN FLEXIBLE

El MEN en coordinación con las SEM a través de la Directiva No. 5 del 25 de mayo, las circulares 21 del 17 de marzo, 152 del 1 de abril, 268 del 19 de abril, entre otras, recomiendan a los Establecimientos Educativos que “de acuerdo a sus trayectorias escolares, niveles de apropiación de TICs y autonomía intelectual… asumir desde la flexibilidad curricular y pedagógica los siguientes enfoques: el auto-cuidado, el cuidado de los otros, el aprendizaje autónomo, etc.”, en ese orden de ideas, el MEN es enfático al afirmar que el trabajo debe realizarse desde los Modelos Educativos Flexibles, eso quiere decir que la “educación Online o Virtual” es apenas un modelo flexible de educación, pero no el único, por eso el MEN  y las SEM, ofrecen a educadores y estudiantes un amplio abanico de recursos audiovisuales a través de la Web, la televisión e incluso la radio como alternativas (relativas) a la presencialidad escolar.

La “educación online” no se hace siguiendo los mismos parámetros que le son propios a la educación presencial, “…cuando construyes un curso online desde un inicio tienen otras acciones sobre cómo elaborar el proceso de aprendizaje del estudiantes pues sabes que a los alumnos no los vas a tener al frente. Entonces estructuras planificaciones de forma diferente, al igual que las actividades son diferentes, la estrategia de entregar el conocimiento es diferente”[1]. En consecuencia, que los educadores se empeñen en realizar con sus estudiantes clases virtuales (por zoom, audio conferencias, etc.) da cuenta del desconocimiento que tienen los educadores de la “educación online” y más aún de los Modelos de Educación Flexible.

Ahora bien, si la “educación Online” es apenas una estrategia dentro de un conjunto más amplio de posibles alternativas en un contexto de Educación Flexible que se caracteriza por la “flexibilidad curricular y pedagógica”, surge la cuestión: ¿Qué enseñar y cómo?

¿QUÉ ENSEÑAR? Y ¿CÓMO ENSEÑAR? A LOS ESTUDIANTES EN MEDIO DEL CONFINAMIENTO OBLIGATORIO POR EL COVID-19

El MEN enfatiza el auto-cuidado, el cuidado de los otros, aprendizaje autónomo y colaborativo cómo núcleo central del proceso de enseñanza aprendizaje en el contexto de la cuarentena. De modo que lo que el MEN espera, es que en las actuales circunstancias, el educador promueva en sus educando habilidades cognitivas, procedimentales y afectivas y NO Contenidos específicos; evaluación formativa que es esencialmente cualitativa y centrada en las habilidades desarrolladas por los estudiantes y no evaluaciones cuantitativas centradas en contenidos y actividades; desarrollo y no reprobación.

En ese orden de ideas la escuela en este nuevo escenario, debería enfatizar[2], a través del esfuerzo conjunto de todos los educadores, fundamentalmente dos cosas: el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico (a través de la lectura crítica) y actitud científica.

Los docentes pueden impulsar, respetando desde luego las peculiaridades propias de cada asignatura, ejercicios de lectura crítica, de lectura comprensiva, a través de escritos contextuales que sitúe a los estudiantes frente a realidades como las que ahora vivimos, por ejemplo, frente al COVID-19. Este tipo de lecturas debería plantear al estudiante cuestiones como las causas que explican la actual crisis sanitaria en el país y el mundo, la incapacidad de muchos países, como Italia, España, EE.UU, Ecuador y Colombia, para enfrentar eficazmente la crisis, etc. 

El texto puede plantear problemas como ¿Cuáles son las quejas recurrentes de médicos y enfermeras en Colombia? ¿Por qué formulan estas quejas? ¿Pueden los cálculos meramente matemáticos anticipar el curso de la epidemia, sin contar con una base real de pruebas efectivamente realizadas a las personas? ¿Los gobiernos, en medio de esta crisis, han privilegiado la economía sobre la vida de millones de personas o al revés? Preguntas que exigirán a los estudiantes entre otras, habilidades de pensamiento de orden superior como análisis, síntesis, clasificación, relaciones hipotéticas deductivas o inductivas, críticas,  formulación de hipótesis, etc.  Procedimentales y socio-afectivas.

Preguntas semejantes, relacionadas con las competencias específicas que deben promover cada área y el contexto en el que vivimos, pueden ser un instrumento válido para el desarrollo de una habilidad tan estimada y necesaria como el pensamiento crítico o la criticidad como actividad intelectual permanente. Es importante aprovechar esta coyuntura para contribuir a la comprensión racional del mundo y superar las interpretaciones supersticiosas,  mágico-religiosas  y buscar la verdad.

Estas iniciativas no requieren la presencialidad del alumno en términos de conexión a una cierta hora y en un cierto día y en una cierta jornada a video conferencias o “conferencias sincrónicas”, etc.  Tampoco la entrega específica de un trabajo según normas APA o cualquier otro protocolo absurdo en el contexto actual, se espera tan solo evidenciar, el desempeño de los estudiantes en lectura critico-comprensivo, es decir, establecer si el estudiante ha mejorado en capacidad para identificar las proposiciones esenciales de un discurso,  si es capaz de formular posturas personales respecto de los autores estudiados, etc. 

También es importante conocer que estrategias moviliza para la realización de la actividad y si es o no consciente de esas estrategias, cómo evalúa la actividad, qué aprendió y en qué contextos diferentes utilizaría lo aprendido. Cualquiera puede notar que la evaluación en el contexto de lo que aquí se propone es cualitativa y de ningún modo califica (con notas) el desempeño, por el contrario alienta el error, la posibilidad de equivocarse como condición necesaria para hacer ciencia, la formulación de preguntas, la indagación, etc.

Ahora bien, como ayudar a los estudiantes que por diversas circunstancias no tienen internet, ordenadores, dispositivos móviles que los pongan en contacto con la escuela y sus profesores:

PROPUESTA ALTERNATIVA PARA ESTUDIANTES CON DIFICULTAD DE CONECTIVIDAD EN TIEMPOS DE CONFINAMIENTO OBLIGATORIO

La realidad en Colombia es que hay miles de estudiantes en las zonas rurales y aún en las zonas periféricas de las grandes ciudades sin acceso a internet, sin ordenadores, sin dispositivos móviles que los pongan en contacto con la escuela y sus profesores. La solución para estos niños, adolescentes, jóvenes y sus padres, no debe ser el desplazamiento hasta los Establecimientos educativos a recoger “los trabajos”, en medio de un confinamiento obligatorio que tiene por objeto salvar vidas. La alternativa a mi juicio debe ser, a la hora de retornar a las aulas[3], es adoptar programas específicos para todos, pero especialmente para aquellos que estuvieron, tanto tiempo estuvieron marginados de las experiencias académicas que los docentes propusieron durante la cuarentena. Propongo las estrategias orientadas hacia la “Aceleración Cognitiva” (Solarte, 2017).

La aceleración cognitiva son estrategias de enseñanza-aprendizaje que parten de la idea según la cual, es posible el avance cualitativo en las estructuras intelectuales de cualquier individuo, así se encuentre en estado de deprivación cultural (relativa), siempre que se le exponga gradual y progresivamente:

-       - A las ideas científicas.
-        -A la forma en que se construyen esas ideas.
-     -  Al tipo de operaciones intelectuales a las que debe acudir el científico para formularlas, etc.

Estas estrategias fomentan el desarrollo  autónomo, “Nos exige sobre todo saber ponernos a un lado, de modo que sean ellos (los estudiantes), los protagonistas de su formación y no, meros receptores de información. Pero no significa que estemos demás. Nuestro papel fundamental, como formadores de competencias científicas, no es el de dispensadores de información… ni mucho menos controladores de su pensamiento mediante la calificación. Se nos invita a asumir en cambio, el papel de gestores y motivadores de una comunidad de pensadores en interacción socio-cognitiva, que razonan con autonomía que <<hablan ciencia>> por cuenta propia” (Solarte, 2017)

Es posible en consecuencia, contribuir a la inserción de niños, adolescentes y jóvenes a grupos de experiencia más avanzados, si se los pone en contacto con una metodología específica que gire en torno a:

1. Ideas Científicas: un estudiante se puede apropiar  significativamente de los conceptos científicos si tienen, por ejemplo, relación directa con las proposiciones que los caracterizan, explican, diferencian, a demás de las relaciones que establecen con sistemas proposicionales más generales.

2. Las formas en que se construye el pensamiento científico, lo que implica relacionar al neófito estudiante con la “mecánica interna” de la ciencia: la investigación y el método científico.

3. Las Operaciones Mentales, es indispensable familiarizar al estudiante con el tipo de habilidades cognitivas o intelectuales propias del razonamiento cinetífico.

Los que planteo es que en los cursos de ciencias formales y factuales se familiarice a los estudiantes (especialmente a aquellos que sufrieron una interrupción relativamente prolongada de experiencias formativas) con los factores estructurales de las disciplinas científicas a su cargo: conceptos, procedimientos, operaciones. Desde luego parto de la “presunción legal” de que estos factores son conocidos por los maestros.

CONCLUSIONES
1. Los típicos procesos de Enseñanza-Aprendizaje (presencialidad, clases magistrales, actividades escolares, revisión-calificación, exposiciones, etc.) han sido drásticamente alterados con ocasión del COVID-19 y su capacidad de propagación. En consecuencia, “la educación se ha desplazado a las casas”, al menos así piensan diversas autoridades educativas, lo cierto, es que solo algunas cosas que hacen los niños, adolescente y jóvenes con ayuda de sus padres en sus hogares, pude ser llamado ontológicamente Educación.

2. La educación como fenómeno social y cultural involucra muchas dinámicas que no pueden desarrollarse en los hogares, sin embargo, hoy tenemos a nueve millones de niños, adolescentes y jóvenes en sus casas, intentando, junto con sus padres y profesores, utilizar las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación.

3. La utilización de las TICs por parte de los docentes, no puede convertirse en la reproducción Online de las mismas dinámicas tradicionales utilizadas en los salones de clase, cambiar  por ejemplo, las clases magistrales por clases virtuales (tan magistrales como siempre). Es decir, los docentes no podemos hacer mediados por las TICs, lo mismo que hacíamos en las aulas. Ese no puede ser el enfoque con que docentes e Instituciones Educativas enfrenten las nuevas circunstancias que ha impuesto la actual emergencia sanitaria.

4. Los Docentes debemos entender que no estamos frente a una situación normal, las familias y los estudiantes no solo deben enfrentar un virus potencialmente letal que obliga a su confinamiento en condiciones muchas veces difíciles, también deben enfrentar la severa crisis económica que la paralización de todas las actividades productivas genera, para que los docente además, agreguemos preocupaciones relacionadas con la escuela: “tareas o actividades virtuales”, plataformas, ordenadores, acceso a internet, plazos, condiciones, exigencias, etc.

5. El MEN en coordinación con las SEM recomiendan a los Establecimientos Educativos que “de acuerdo a sus trayectorias escolares, niveles de apropiación de TICs y autonomía intelectual… asumir desde la flexibilidad curricular y pedagógica los siguientes enfoques: el auto-cuidado, el cuidado de los otros, el aprendizaje autónomo, etc.”, en ese orden de ideas, el MEN es enfático al afirmar que el trabajo debe realizarse desde los Modelos Educativos Flexibles.

6. El MEN espera que en las actuales circunstancias, el educador promueva en sus educando habilidades cognitivas, procedimentales y afectivas y NO Contenidos específicos; evaluación formativa que es esencialmente cualitativa y centrada en las habilidades desarrolladas por los estudiantes y no evaluaciones cuantitativas centradas en contenidos y actividades; desarrollo y no reprobación.

7. Las opciones Online, no requieren la presencialidad del alumno en términos de conexión a una cierta hora y en un cierto día y en una cierta jornada a video conferencias o “conferencias sincrónicas”, etc.  Tampoco la entrega específica de un trabajo según normas APA o cualquier otro protocolo absurdo en el contexto actual,

8. El papel del docente no es el de un mero productor de actividades o un simple dispensador de notas, se espera de él capacidad para evidenciar, el desempeño de los estudiantes en lectura critico-comprensivo (por ejemplo), es decir, establecer si el estudiante ha mejorado en capacidad para identificar las proposiciones esenciales de un discurso,  si es capaz de formular posturas personales respecto de los autores estudiados, etc.

9. Se espera que el docente estimule en sus estudiantes capacidades que los hagan conscientes de las estrategias que movilizan para la realización de la actividad, para evaluarla, entre otras. Que sea capaz de identificar sus aprendizajes y los contextos en que puede utilizar lo aprendido. La evaluación en el contexto de lo que aquí se propone es cualitativa, y de ningún modo califica (con notas) el desempeño, por el contrario alienta el error, la posibilidad de equivocarse como condición necesaria para hacer ciencia, la formulación de preguntas, la indagación, etc.

10. En Colombia  hay miles de estudiantes en las zonas rurales y aún en las zonas periféricas de las grandes ciudades, sin acceso a internet, sin ordenadores, sin dispositivos móviles que los pongan en contacto con la escuela y sus profesores. Se sugiere adoptar con ellos programas específicos en estrategias orientadas hacia la “Aceleración Cognitiva” que enfatice las ideas científicas, la forma en que se construyen esas ideas y en el tipo de operaciones intelectuales a las que debe acudir el científico para formularlas.

Bibliografía

Hidalgo, M. C. (25 de 02 de 2013). Informatica y computación. Obtenido de http://manuelcruzhidalgo19.blogspot.com.co/2013/02/informes-y-reportes_8863.html
Ricardo Rosas, C. S. (2003). Piaget, Vigotski y Maturana. Constructivismo a tres voces. Buenos Aires: Aique grupo.
Samper, J. d. (1997). Los Modelos Pedagógicos. Tratado de Pedagogia conceptual. Bogotá: Fundación Alberto Merani.
Solarte, C. U. (2017). Educar Mentes para Pensar. Desarrollo científico en el aula. Cali: Programa Editorial Universidad del Valle.




[1] Cristian Celedón, experto en Educación: «Una clase por zoom no es una formación online» Tomado de https://timeline.cl/2020/04/cristian-celedon-experto-en-educacion-una-clase-por-zoom-no-es-una-formacion-online/ consultado el 1 de mayo de 2020

[2] Para el caso específico de la Educación Media.
[3] Porque a las Aulas retornaremos y también a la escuela, porque la virtualidad no proporciona una condición esencial del desarrollo: la socialización. La inteligencia es un fenómeno individual, ciertamente, pero modelada socialmente. No existen ratones de biblioteca, el conocimiento como su adquisición es un proceso social, que empieza en las escuelas, en las aulas bulliciosas, donde las interacciones intra-subjetivas, son necesarias para el aprendizaje y el desarrollo. Somos seres gregarios y ninguna virtualidad puede sacrificar esa condición de naturaleza, sin riesgo para la propia salud mental.
 





[1] Si se entiende la educación como un fenómeno social y cultural complejo, en el que participan personas, contextos, representaciones, diálogos, interacciones, etc., en relación dialéctica, es decir procesos cualitativos de socialización.
[2] Y es muy probable que esta circunstancia NO cambie en el corto o mediano plazo.

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